Dificultades de aprendizaje: El éxito podría estar en 'atacar' de forma global y no cada una por separado
Con una mirada integral el abordaje «es más efectivo», aseguran desde Corat (Fundación Aprender)
«Los profesores no están formados para entender que un niño con dificultades de aprendizaje no es que no quiera aprender»

El caso de Eva y Luis, padres de Elena, es el de muchas familias de niños con dificultades de aprendizaje. Ellos relatan su paso por seis o siete especialistas hasta dar con la 'tecla' de los apoyos que debían dar a su hija. «Acudimos a consultas de psicólogos, psiquiatras, neurólogos, foniatras, ópticos... y cada uno nos daba su diagnóstico que no excluía a los demás, desde TDA, retraso madurativo, reflejos primitivos no integrados, convergencia visual, dislexia...», rememoran.
Hasta que dieron con el programa Aprendizaje 4C del Centro de Evaluación e Intervención Corat (Fundación Aprender), donde les han ayudado a afrontar todas las dificultades «de manera global y no cada una por separado». Gracias a eso, aseguran, «Elena ha ido poco a poco ganando autoconfianza, seguridad en sí misma y desarrollando sus propios recursos para afrontar esas dificultades en el día a día».
Para Belén Muñiz, directora de Corat, el éxito en el proceso de Elena radica en «la no parcelación para para obtener mejores resultados, pues a través de la mirada integral y con un equipo interdisciplinar el abordaje es más efectivo«.
De hecho, aseguran estos padres, «nuestra hija a nivel más físico ha mejorado muchísimo en la psicomotricidad fina, en lateralidad, en la coordinación ojo-mano-pie; en general, en el control de todo su cuerpo». «En cuestiones académicas, enseguida vimos un avance en la conciencia fonológica, ha adquirido más vocabulario, ha mejorado mucho la escritura, y todo eso ha sido sin que ella se diera cuenta de que iba a trabajar dos días a la semana a Corat; para ella, un sitio al que ir a divertirse, a estar con amigos fuera del colegio». «A nosotros el esfuerzo, sin duda, ha merecido la pena», concluyen.
El modelo 4C, explica Irene Ranz, presidenta de la Fundación Aprender, de la que depende Corat, «tiene en cuenta a la persona en su globalidad y, por tanto, se centra en ella desde una mirada completa considerando los niveles cognitivo, académico, físico, neurológico, emocional, y social-relacional. Esto es el cerebro, el cuerpo, el corazón y el contexto que integran esas 4C y que, dada su interrelación, se trabajan todas para superar con éxito las dificultades específicas de aprendizaje como dislexia o discalculia, problemas del desarrollo o emocionales».
Dependiendo de las etapas, unas C que tienen más peso que otras. En la infancia, prosigue Ranz, «cuerpo y cerebro juegan un papel fundamental, porque el cuerpo es el responsable en gran medida de que el cerebro funcione como debe hacerlo a través de un correcto cableado neuronal que se habrá producido gracias a los movimientos que se realizan en la etapa de bebé». En la adolescencia, prosigue esta experta, »corazón y contexto son claves por todas las consecuencias emocionales y sociales que llevan aparejados los cambios físicos que experimentamos y que hacen que necesitemos de los pares para comprender, muchas veces, qué nos está ocurriendo en ese momento». «En la etapa adulta, si algo no ha ido como debiera en infancia o adolescencia, tendrá un reflejo que habrá que trabajar desde la raíz para solucionarlo», añade la presidenta de Fundación Aprender.
El trabajo que en Corat realizan comprende dos áreas: la evaluación, para detectar el problema y actuar desde la base; y la intervención, con diferentes programas entre el que destaca Aprendizaje 4C, dirigido a niñas y niños de 6 a 12 años y que supone una intervención grupal e interdisciplinar con tres profesionales que trabajan, de forma coordinada y a la vez, el neurodesarrollo, la reeducación psicopedagógica y la atención psicoterapéutica.
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Con este programa, concluye María García, responsable del área de Infancia, «nos atrevimos a romper los esquemas de la intervención tradicional en donde se atendía al niño según la especialidad del profesional. Consideramos que en un espacio estructurado, seguro, grupal y con un equipo interdisciplinar que se coordina con los colegios y con la familia, se favorece el crecimiento de los niños de una manera integral».
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